Los fiambres, sobre todo el jamón, son los más recomendables a la hora de introducir cárnicos en la dieta de nuestros más pequeños. Pero, ¿por qué? Contiene menos grasa y calorías, pero, ¡ojo!, debe estar cortado en lonchas muy finas o en pequeños trozos muy desmenuzados y siempre con moderación.
Vale, todo esto está muy bien… ¿y cuándo debo introducírselo?
Está extendida la idea de que el jamón es difícil de comer y que los niños pueden atragantarse.
Lo ideal es introducirlo a partir del primer año de vida, teniendo la precaución de cortarlo en lonchas muy finas o desmenuzarlo para que se pueda comer fácilmente. El jamón tiene un gran valor nutritivo y es ideal para los primeros años de vida del bebé, ¡y presentan muchos nutrientes beneficiosos para su crecimiento!
Entonces… ¿jamón ibérico antes de jamón York?
El jamón de York este contiene más azúcares en comparación con el jamón ibérico. Es un alimento completamente natural y es elaborado sin ningún tipo de aditivo.
Por último… no olvidemos que este maravilloso producto natural previese la obesidad, una de las enfermedades más frecuentes en los más pequeños.